Hay mucha gente que empieza a prescindir de la mesa de centro en la sala de estar, quizás porque piensan que se puede sustituir por otros elementos, como por ejemplo un puf. Sin embargo, es importante contar con un soporte delante del sofá para un sinfín de usos de lo más diversos.

La mesa de centro se utiliza tradicionalmente para apoyar objetos como ceniceros, controles remotos, para servir algo de comer o beber, una tabla, un aperitivo. Incluso a veces para la comida o la cena informal con alguna bandeja auxiliar. 

En el siguiente artículo atenderemos a todas las funciones de la mesa de centro y veremos cómo potenciar su uso.

La importancia de la localización 

 

Las mesas de centro se encuentran en el salón o sala de estar de nuestra casa, el salón principal que tiene la mayor importancia en la casa. Es este espacio el que todos nuestros invitados conocerán, pues es de paso obligado para todo aquel que llega a nuestra casa. Las mesas de centro, precisamente al encontrarse en este lugar, también son importantes.

Dependiendo de qué mesa de centro tengamos, el salón pasará desapercibido o bien destacará. En función del tamaño de la mesa de centro, el salón parecerá más pequeño o más grande. Así que elegir la mesa de centro adecuada es súper importante para, entre otras cosas, cuidar las proporciones.

Utilidad

Realmente en general no se le da la importancia que se merecen a las mesas de centro, pero si nos detenemos a pensar sus funciones nos daremos cuenta de lo importantes que son. 

Las mesas de centro tienen tantas utilidades como les queramos dar. Generalmente hacen de punto de apoyo de diferentes objetos: controles remotos de la TV, revistas, floreros, vasos, portarretratos, velas, etc. También nos sirve a la hora de realizar cenas o comidas informales para apoyar las bandejas con pinchos o bebidas o simplemente para tomar el café. 

Evidentemente, no podemos olvidarnos de su función como apoya pies. La funcionalidad ha ido evolucionando, de modo que hoy en día encontramos mesas de centro que se convierten, por ejemplo, en sillas extra para cuando tenemos más invitados. 

Como vemos, las mesas de centro tienen muchas funciones y, dependiendo de para qué las queramos, tendremos que elegir unas u otras.

Un elemento más de la decoración

Si bien es cierto que la mesa de centro debe ser funcional, también es un elemento de decoración. Por ello, no podemos olvidar que debe ir en armonía con todo lo demás. De hecho, el sofá y la mesa de centro son los grandes protagonistas de los salones, por lo que deben estar en relación en cuanto a diseño y funcionalidad, pero no necesariamente ser del mismo estilo, material o color.

Por ejemplo, si nuestro sofá es un chester de cuero, es mejor que nuestra mesa de centro sea de otro material, de lo contrario el espacio generará el efecto de estar sobrecargado. En resumidas cuentas, la mesa de centro debe complementar al sofá. 

Una mesa de centro para cada familia

Es importante entender que hay una mesa de centro para cada familia. Cada familia es diferente y tiene necesidades diferentes. Por ello, es importante que tengas en cuenta su número de integrantes, sus necesidades y costumbres particulares, etc., a la hora de elegir una mesa de centro.

Por ejemplo, de haber niños en casa habríamos de decidirnos por un tipo de mesa que priorice la seguridad. En casas con niños pequeños no es recomendable tener mesas de centro de cristal ni con esquinas muy pronunciadas.

Si tu familia es numerosa, quizás la mesa más adecuada para tu salón sea una grande con cajones para almacenar. Por el contrario, si vives solo con tu pareja y te gusta el arte y la innovación, puedes optar por mesas de centro asimétricas.

La elección de la mesa de centro también va a depender del número de personas que frecuente vuestro salón. Si esperas visitas a menudo, te convendrá una mesa que pueda hacer de banco o asiento.

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