¿Cómo organizar la despensa? 5 consejos que te ayudarán a lograrlo

¿Cómo organizar la despensa? 5 consejos que te ayudarán a lograrlo

En más de una ocasión nos habremos visto en la situación de no encontrar cierto ingrediente o utensilio para cocinar, probablemente por falta de organización. Es común que un orden minucioso solo se lleve a cabo cuando nos mudamos y llegamos por primera vez a nuestra nueva vivienda. Entonces, por necesidad, partimos de cero. Disponemos todo y no volvemos a cuestionarnos qué colocar en cada rincón de la cocina nunca más. ¿Resultado? Alimentos caducados, duplicados o triplicados, acumulación de productos que no utilizamos jamás o sensación de falta de espacio.


La clave es organizar eficientemente los alimentos y utensilios de tu cocina, de esta manera nos aseguraremos de utilizar más eficientemente nuestro tiempo, mejorar el acceso a los alimentos, planificar mejor las comidas, atender la conservación de los alimentos, gastar menos, conseguir más espacio libre y, por lo tanto, bajar el estrés. 

A continuación te presentamos 5 útiles consejos para organizar tu cocina y despensa.

Por dónde empezar

organizar la despensa

Los expertos, como Marie Kondo, aconsejan, antes que nada, vaciar todos los estantes para tener una visión global de lo que acumulamos en la cocina y del espacio efectivo con el que contamos. Así, podremos deshacernos de todo lo que esté caducado o que realmente no utilicemos y observar qué es lo que queda. A partir de este punto es que podemos comenzar a agrupar todo lo que sí queramos conservar para organizarlo por categorías.

Evitar la acumulación 

A veces acumulamos todo tipo de objetos para nuestras cocinas pensando en que alguna vez nos irán a servir. La mayoría de las veces se trata de piezas sueltas de vajillas, tapas sin envase o envases sin tapa, tazas sin oreja, etc. La solución es sencilla: pensar en dobles usos. No más objetos para la exposición. Una pieza en una cocina pequeña tiene que jugar su papel y ser útil. Aquí se puede ser todo lo creativo que se quiera, guardando el juego de tazas de café bajo la cúpula para queques y tortas, colocando las espátulas y cucharones dentro de esa bonita jarra de leche, reutilizar esa sobria panera que ya no usas, etc.

Considerar las características del espacio

Las condiciones de temperatura, iluminación, humedad y ventilación en la despensa son básicas para contar con una despensa saludable, limpia y eficiente. Asegúrate de que se trate de un lugar fresco y seco, que los alimentos se encuentren en una temperatura ambiente entre los 10º y los 20ºC, que la cocina cuente con ventilación natural o con algún tipo de extractor, que no haya exceso de humedad en los armarios ni en las paredes y que la iluminación sea la adecuada para ver con claridad el fondo de los armarios.

Guardar en frascos de cristal y etiquetar

Un paso importante y necesario es dejar de guardar los alimentos en sus propios envases una vez abiertos. Lo más recomendable es utilizar frascos o envases transparentes para verter el contenido de tus productos en ellos y etiquetarlos. Así, mejorará su conservación y se extenderá su vida útil, verás con más claridad cuánto queda de cada producto y se facilitará mucho más el acceso a cada uno de ellos. De paso, se aprovechará mejor el espacio en sentido vertical con la posibilidad de colocar cada frasco o envase uno encima de otro.

Si bien lo más práctico es reutilizar envases y frascos, lo ideal es usar contenedores iguales. Para que una despensa sea armoniosa, todos los envases deben ser del mismo modelo. Pueden variar de tamaño en función del producto a guardar, pero lo más óptimo es que no varíe el diseño. 

Establecer una jerarquía por utilidad y tipo de alimentos

Al igual que con la ropa, piensa qué utilizas más a menudo y qué utilizas de vez en cuando, de manera de agrupar por categorías de alimentos. Por ejemplo, las especias, aliños y condimentos deben estar bien a mano, a diferencia de los grandes envases que utilizas para reponer otros más pequeños. En general, se recomienda colocar los productos más pesados en los espacios bajos, en los intermedios aquellos que utilizamos a diario y en los superiores los más livianos.  

Otro consejo muy útil es colocar los productos nuevos detrás de los demás, igual que los encuentras en el supermercado, organizados según su fecha de caducidad. Así te asegurarás de consumir primero lo más viejo para desperdiciar menos alimentos.

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